Una postal para los días: llegó el otoño
Llegó el otoño. En un abrir y cerrar de ojos. Fugaz. Silencioso. Otra vez el ciclo, la luz cambiando su tono, la nostalgia colándose inadvertida hasta que los atardeceres anuncian su cierre temprano. Volvemos a los días cortos, a las noches largas. Es casi como volver de un viaje, esa sensación especial de haber llegado de la primavera y el verano. Ahora llegamos a la casa, al resguardo.
¿Cuántas memorias caben en una primavera, en un verano? ¿Cuántas en un golpe de luz y de calor?
Durante toda mi vida he habitado en la pregunta. Ahora, muchos años después amo este aspecto, vivir en la pregunta me ha hecho crecer y aprender. Cuestionarme una y otra vez, desentrañar misterios, abundar en otros. Este estado de inconformidad aparente rige mis pensamientos y proyectos por éstos días.
Algunas memorias que nacieron en éstos meses de primavera-verano fueron: amor, luz y millas, mar…
Algunas lecturas necesarias y pertinentes (en proceso):
El poder de las palabras de Mariano Sigman.
Nuevos aprendizajes (aún en proceso):
Nuevos proyectos (en desarrollo):
Hasta pronto,
N.