El nuevo año ya empezó. Los días se apresuran, como es usual, y aunque para la mayoría esto trae aires de nuevas etapas y comienzos, para mí, es la continuidad de la vida con todo lo que la habita. Ciertamente nuevas etapas comienzan: con sus inicios y finales.
Ya no tengo el frenesí de hacer listas, ni de comenzar proyectos que se quedarán a mitad, ni me exijo metas que no puedo cumplir (mas que nada porque la vida siempre tiene un curso diferente a lo deseado). Y en ese sentido me siento tan libre y feliz ¿cómo pude hacerlo por tantos años?
Viaje al interior de la montaña
La montaña nos recibió para sanarnos un poco de la rabia de la ciudad. El paisaje nos habita (porque lo llevamos dentro) y su belleza tiene medicina para el corazón y para los pensamientos. Volveremos.
De continuidades, líneas y retratos
Lo que quiero darle continuidad es a la línea y a la mancha. A la curiosidad. Al trazo, a la imperfección, a la tinta en el papel, a la experimentación. Al retrato. A seguir explorando y mirando para mis adentros. A darle más importancia a la pregunta que a las respuestas. A correr para seguir construyendo una mejor versión de mi misma. A mirar con ojos inconformes, abiertos, profundos este breve espacio en el que hacemos presentes y memorias para mirarnos como ese reflejo misterioso y resplandeciente a veces.
N.